martes, 9 de agosto de 2016

OPINIÓN

Me llamó la atención el hecho de que algo, "no tan innovador", pueda llegar a recibir grandes méritos por dos causas: la exclusividad del "producto", y la capacidad, de este, para satisfacer la necesidad de alguna población.
La sencillez e iniciativa de un proyecto bien planteado, sin necesidad de elementos muy sofisticados, puede generar un gran impacto (en este caso social), y convertirse así, en una herramienta usada por lo menos por 400 millones de usuarios (como es el cado de Facebook).
Una herramienta que comenzó siendo para una "población exclusiva", terminó por convertirse en una herramienta útil para un "universo", que así, generó una arquitectura ciberespacial.

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